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¿Qué información nos ofrece el estudio de nuestro árbol?


Estudio del Transgeneracional

Para ser honestos, lo Transgeneracional es conocido desde hace mucho tiempo.

Hay varias frases en la Biblia que dicen: “los padres comen la uva verde, y a los hijos les rechinan los dientes”, o cuando Jesús curaba a un enfermo, sus apóstoles le preguntaban: “¿Señor quien ha pecado él o sus padres?”.


Todos, en cierta manera hemos observado en algún momento de nuestras vidas con mayor o menor curiosidad nuestro árbol genealógico, pues a nivel consciente pero sobre todo inconsciente nos hacemos preguntas como: “¿De dónde venimos?, ¿A dónde vamos?, ¿Quién soy? O ¿Qué es lo que hago aquí?


Nuestra educación, nuestras creencias y nuestras experiencias nos han llevado a normalizar, racionalizar o incluso llamar “casualidad” a diferentes circunstancias que se repiten en nuestras vida, en nuestras familias, una generación tras otra.


Muchos hemos tenido el primer contacto con este apasionante tema de la mano de Enric Corbera, Christian Féche o Salomon Sellam, entre otros, ya que está reconocido por ser uno de los aspectos fundamentales de la Bioneuroemoción o Biodescodificación (Transgeneracional, Proyecto Sentido y Biología) pero fue Anne Ancelin Schützenberger, la doctora que puso en el mapa, el análisis transgeneracional y los programas heredados de nuestros ancestros.


Hoy, hablaremos un poco de ella:

Psicóloga, abogada y profesora, Anne Ancelin Schützenberger, comenta en varias entrevistas que en los años setenta, iba a analizar a domicilio a una joven sueca de treinta y cinco años que estaba desahuciada por un cáncer que padecía. Los médicos acababan de amputarle una parte del pie y se preparaban, impotentes, a amputar todavía más. Ya que ella era psicoanalista, pidió a esta mujer que dejara libre su mente y le contara todo lo que pasaba por su cabeza.

Este ejercicio habría podido desarrollarse durante diez años. Pero había un retrato que llamó su atención, por el parecido físico con su paciente. Ésta le dijo que se trataba de su madre, muerta de cáncer a la edad de treinta y cinco años. Y bueno, sin saber muy bien porqué, ese día, esta doble coincidencia de edad y enfermedad la dejó estupefacta.

De pronto tuvo la impresión de que esta mujer se había programado para caer enferma a la misma edad en que su madre había muerto de cáncer.


¿Qué le impedía pensar en la enfermedad como una simple casualidad?, ¿o incluso una transmisión genética? Esa realmente es la dificultad que se plantea para todo lo que incumbe al inconsciente, invocar absolutamente todo como una causa el azar.


En cuanto a la genética, ella decía que difícilmente podía hacer coincidir las fechas hasta ese punto. Sobre todo porque esta historia le recordó inmediatamente otra...


Se acordó de un día que su hija le había dicho:” ¿Te das cuenta mamá?, eres la mayor de dos hijos y el segundo está muerto; papá es el mayor de dos hijos y el segundo está muerto; yo soy la mayor de dos hijos y el segundo está muerto”.


Eso realmente había sido para ella una gran conmoción. Por lo que esta vez, se planteó que iba a verificar con otros pacientes lo que ella ya intuía con respecto a esta mujer. Les pidió a todos que dibujaran su árbol genealógico y, si era posible, indicaran bajo el nombre de los ancestros, los momentos más importantes de la historia familiar... "Tuberculosis del abuelo, matrimonio de la madre, accidente de coche del padre." ...También les pidió que pusieran la edad y la fecha en las que se habían producido tales acontecimientos.


Los árboles genealógicos le revelaron repeticiones asombrosas: una familia en la que las mujeres, leucémicas, morían durante tres generaciones en el mes de mayo; una sucesión de cinco generaciones en la que las mujeres se volvían bulímicas a la edad de trece años; una genealogía en la que los hombres eran víctimas de un accidente de coche el día de la primera vuelta a clase de su primer hijo.


Estaréis de acuerdo en que sería demasiada osadía ver la acción de la casualidad en las familias en las que estos datos se encuentran, en cada generación, las mismas fechas de nacimiento, el mismo número de matrimonios en los hombres y siempre a la misma edad...

En cuanto a la herencia genética, ¿creéis que un accidente de coche puede transmitirse a través del ADN?


Espero haber suscitado por lo menos tu curiosidad, ya que como dice Jodorowsky:


"Tener un árbol y no estudiarlo, es como tener un tesoro y no utilizarlo"

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